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Tiempo de cambios

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Te recomendamos la lectura de este artículo de opinión de nuestra tesorera, María José Campillo, publicado en prensa digital y en el que habla sobre las soluciones a largo plazo frente al coronavirus COVID19 y los cambios que van a ser necesarios para superar esta pandemia:

En estos días parece que el mundo se ha puesto del revés y asistimos, atónitos, a una pandemia que está poniendo a prueba a la humanidad. Digo a la humanidad porque no son pocos los países que se están enfrentando o se han enfrentado al virus

Estos días nos recuerdan nuestra vulnerabilidad a todas horas, nuestra mortalidad y lo pequeños que somos frente a una naturaleza que, una vez más, consigue ponernos en nuestro sitio. En estos días, en los que todo ha parado cuando pensábamos que nadie podía parar  y, sin embargo, lo hemos hecho, quizás es hora de que nos demos cuenta de que hay cosas que tenemos que cambiar

El problema al que hacemos frente con la pandemia por COVID19 no es de un país, ni de una comunidad. Se trata de un problema global y si queremos que acabe lo antes posible, hay que atajarlo desde una perspectiva global. Nos enfrentamos, como ocurrió hace 100 años con la mal llamada gripe española, a una pandemia frente a la cual la humanidad no tiene inmunidad

Hace un siglo, pasaron dos largos años hasta que la pandemia desapareció porque, mientras exista un foco en algún lugar del planeta, siempre corres el riesgo de que se reactive y las fronteras, por nuestra actual forma de vida, no se pueden mantener eternamente cerradas. Quizás es hora de dejar de escuchar soluciones a corto plazo que no solucionan el problema real, sino que solo lo arreglan parcialmente por un tiempo determinado, en un lugar concreto

Es cierto que ningún sistema sanitario del mundo está preparado para una situación de tal magnitud, pero también es verdad que no todos lo estamos viviendo de igual manera. Mientras que algunos países están colapsados con pocos casos confirmados, otros sistemas sanitarios no han colapsado con muchos más casos.

Finalmente, sí que importan el número de camas hospitalarias con las que cuente un país y la inversión en Sanidad, mucho más cuando estalla una emergencia sanitaria internacional de este tipo. Dependiendo de estos parámetros se puede responder de un modo u otro a la crisis. Tampoco es lo mismo el número de camas disponibles en las UCI o el número de profesionales sanitarios en activo, en especial los médicos, deficitarios por definición

En España, la inversión en Sanidad se ha ido reduciendo año tras año, gobierno tras gobierno, de izquierda y de derecha. La Sanidad no ha sido una prioridad para ninguno de ellos. En nuestro país, sin ir más lejos, el sistema de salud trabaja por encima de su capacidad durante todo el año, sostenido gracias al esfuerzo de los profesionales

Sin embargo, cuando aún no tenemos una salida real de esta crisis y nadie sabe realmente cuándo acabará, las autoridades sanitarias siguen poniendo parche tras parche, sin que nadie haga nada para acabar con la aplastante verdad de que los presupuestos en Sanidad tienen que aumentar y las plantillas tienen que crecer para no vivir con la angustia que se está sufriendo en esta crisis, sobre todo en las comunidades autónomas en las que el sistema no ha podido absorber la demanda o ha estado a punto de colapsar

Necesitamos que la Sanidad no sea un proyecto cualquiera de un partido político, sino un plan común de todos. Todos se tienen que comprometer a no seguir recortando en recursos, sino todo lo contrario: invertir en camas, en medios, en profesionales…

La protección de la salud de los ciudadanos no es parte de una ideología, sino un derecho constitucional. Y mantenerlo requiere de un pacto por la Sanidad con carácter urgente. La Sanidad debe estar siempre desligada de cualquier interés político, porque la salud no mejora o empeora según las ideas. Es tiempo de cambios urgentes y necesarios, ya que hasta ahora el problema no ha cesado y seguimos con la pandemia

Además, es necesario que nos demos cuenta de que la solidaridad es más necesaria que nunca. No podemos atender de forma distinta según el lugar en el que atendamos. Mal saldríamos de esta crisis si pensáramos que solo importa lo que nos pueda ocurrir a nosotros en nuestro círculo más cercano y no lo que le pueda ocurrir a los demás. Si queremos salir reforzados de esta emergencia mundial, nuestros vecinos también tienen que hacerlo. Como he dicho antes, no podremos aislarnos siempre y permanecer con las fronteras cerradas

Hay países que, por su PIB, van a tener que superar muchas dificultades para solventar la crisis. El resto de países tendrán que ayudarles. Es tiempo de cambios y de que dejemos de pensar solo en el terruño, en el pueblo, en la ciudad. Mientras no se controle en todos lados, no habrá acabado definitivamente

Es tiempo de que los gobiernos empiecen a escuchar a los que nos dedicamos a curar a la gente. Si no nos tienen en cuenta, seguirán cometiendo errores como se ha ido haciendo hasta ahora, desde los criterios tan rígidos en los meses de enero y febrero, en los que impedían los test a los pacientes con sospecha de COVID19, hasta la falta de equipos de protección o de respiradores y camas que también hemos vivido

Los médicos no somos héroes. Somos profesionales. Al igual que ingeniero sabe de obras y conoce lo que necesita para hacerlas, los sanitarios sabemos de Sanidad, de curar a la gente y lo que necesitamos para poder hacerlo. También conocemos que las indecisiones y las tardanzas cuestan vidas. Lo digo con mayúsculas: VIDAS, profesionales contagiados y médicos fallecidos

Es tiempo de que, además, se deje de pensar que los profesionales sanitarios son pañuelos desechables de usar y tirar. Son personas vocacionales, pero también con familia e hipotecas, que deben de ser adecuadamente tratadas si queremos mantener un número suficiente de profesionales para mantener la salud de nuestro país en perfectas condiciones

Es tiempo de acabar con la precariedad y con la inestabilidad. Los cambios continuos no son buenos en algo tan delicado como la atención a los pacientes. Este año se van a necesitar muchos profesionales sanitarios, muchos médicos para paliar la crisis y la poscrisis y, para ello, tendremos que hacer algo más que contratos de 3 meses. No  esperemos a tener el bosque ardiendo para apagar el fuego

La Medicina es una profesión vocacional pero los profesionales estén cada día más desencantados del mal trato que reciben laboralmente, de los sueldos recortados desde hace años, de que no se reconozca el contagio de COVID19 como enfermedad profesional. Todos sabemos que son momentos difíciles. Para superarlos, los políticos tienen que asumir sus errores y no seguir reiterándolos

Es tiempo de cambiar el concepto del sanitario como algo que sale caro y poco rentable y de que nuestros dirigentes empiecen a valorar el potencial humano y vocacional que está sacando al país de una de las peores crisis vividas en los últimos años

Como dice un viejo cuento, había una vez un niño que fue con su padre al circo y vio a un enorme elefante atado a una cuerda muy pequeña. El niño le preguntó a su papá que cómo era posible que el animal no se escapara y su papa le dijo que, cuando era pequeño, tiró y tiró. Como no lo consiguió, jamás volvió a intentarlo. Es tiempo de cambios

Publicado en Redacción Médica el 17 de abril de 2020

 

Información publicada el 17 de abril de 2020

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