De palabras a cenizas: el incumplimiento de los acuerdos alcanzados pulveriza la confianza de los médicos
Publicado el 10/12/2024
Artículo elaborado por nuestra vicepresidencia, Virginia Izura, en el que aborda el incumplimiento de los pactos con la Administración regional y sus consecuencias
Publicado en el diario La Verdad de Murcia el martes 10 de diciembre de 2024
En un panorama en el que la salud pública debería ser la prioridad indiscutible de cualquier gobierno, resulta alarmante observar cómo las promesas hechas a los médicos -pilares de nuestro sistema sanitario- se han convertido en meras palabras vacías. La falta de cumplimiento de los compromisos adquiridos por las autoridades y que han sido consensuadas con las organizaciones profesionales ha generado un ambiente de desconfianza y descontento que no sólo afecta al personal sanitario, sino también a la población que depende de ellos.
La credibilidad de los responsables de nuestro Gobierno regional se ha visto gravemente mermada. Cuando se prometen condiciones laborales dignas y recursos adecuados, se espera seriedad y compromiso. Sin embargo, la realidad ha demostrado lo contrario: los médicos, que dedicamos nuestra vida a cuidar la salud de los ciudadanos, nos encontramos en situaciones precarias, luchando contra enfermedades y situaciones inherentes al dolor y la vida y, además,contra la falta de apoyo y reconocimiento por parte del mismo gobierno que prometió protegernos.
Las reiteradas promesas incumplidas han creado un sentimiento de traición en el gremio médico: a cada anuncio sobre mejoras en la infraestructura de hospitales, la dotación de equipos o el aumento de personal les han sido seguidomeses de silencio y falta de acción. Esta situación afecta directamente a los médicos en términos económicos, laborales y de salud física y mental, y repercute de forma muy negativa en la calidad de atención que podemos ofrecer a sus pacientes. La desilusión se transforma en desmotivación y la desmotivación desemboca en un deterioro del servicio sanitario.
La poca veracidad en las declaraciones de los responsables es un claro síntoma de una crisis más profunda en la gestión pública. Cuando la comunicación se convierte en un mero ejercicio retórico se pierde la confianza de quienes están en la primera línea de batalla. Los médicos merecemos un gobierno que valore el sacrificio y la dedicación que entregamos en nuestro ejercicio diario; y los ciudadanos merecen un gobierno que cumpla sus promesas en la mejora de las prestaciones sanitarias.
Es imperativo que los responsables rindan cuentas y que se establezcan mecanismos de transparencia que permitan evaluar el cumplimiento de los compromisos adquiridos. No se pueden alcanzar acuerdos que nunca se materialicen ni pactos cuyo control y seguimiento sea siempre nulo. La salud de la población no puede ser un tema de segunda categoría, ni mucho menos un campo de batalla para promesas incumplidas. La salud es un derecho recogido en el artículo 43 de la Constitución Española y en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuya conservación queda encomendada a los poderes públicos.
Los médicos trabajamos incansablemente por el bienestar de nuestros pacientes y es hora de que la Administración actúe con la misma seriedad y compromiso.
Porque más allá de las promesas, el incumplimiento de losacuerdos sindicales ratificados con el Ejecutivo autonómico pone en riesgo la salud pública y ante esto, siempre alzaremos nuestra voz. Los médicos, que han sido los héroes silenciosos durante crisis sanitarias, merecen un trato digno y la garantía de que sus necesidades serán atendidas. La reconstrucción de la confianza social es esencial y esto sólo se logrará a través de acciones concretas, compromisos reales y promesas materializadas.