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Los Sindicatos Médicos consideramos urgente y necesario el abordaje de la temporalidad

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Publicado el 16/04/2021
 La temporalidad en fraude de ley de la Sanidad española

En los últimos años la nefasta política de recursos humanos de la sanidad pública española ha provocado la descapitalización de su activo más valioso; sus médicos, forzando la huida de los mismos a países de nuestro entorno o a la sanidad privada. El motivo de esta fuga de facultativos es multifactorial: gran sobrecarga de trabajo, bajos salarios comparados con otros países y sobre todo una creciente precariedad. Nuestro Sistema Nacional de Salud lleva años apostando por la temporalidad en las contrataciones, a pesar de que los distintos gobiernos siempre se han mostrado partidarios de un empleo de mayor calidad. El problema, que ha ido creciendo año tras año, ha dado lugar a que la tasa de temporalidad del 8% fijada como idónea en las distintas Administraciones sea una quimera, habiendo comunidades autónomas donde se llega a superar el 50% o más de temporalidad en sanidad.
 
Sin embargo, no todas las situaciones son iguales dentro de los temporales de sanidad. Están los interinos de larga duración, muy numerosos en algunas comunidades autónomas donde no ha habido prácticamente Ofertas de Empleo Público en los últimos años, o bien las ha habido y se han dilatado tanto en el tiempo que perdieron la efectividad, al producir con su retraso un aumento de la temporalidad y no una disminución como hubiera sido esperado. El perfil del médico que consigue ser estatutario de carrera en este país es un médico que suele tener alrededor de 50 años, tras haber pasado décadas con contratos temporales. Curiosamente en otras Administraciones que no son la sanitaria el ritmo de las Ofertas Públicas de Empleo es constante y con velocidad de crucero, pero al hablar de Sanidad parece que una Oferta Pública de Empleo no puede jamás ajustarse a los plazos establecidos.
 
Otro grupo de temporales también muy numerosos son los llamados eventuales. Las eventualidades nacen para cubrir una necesidad se supone que limitada en el tiempo, no forman parte de las plantillas orgánicas y ni siquiera se contemplan en los presupuestos de los distintos servicios de salud. Sin embargo, aunque la normativa tanto estatal como europea es clara en establecer límite para las mismas -no deben de superar los dos años-, con un claro abuso y una situación que se considera en fraude de ley, las eventualidades se prolongan en el tiempo sine die, sin que existan mecanismos que obliguen a subsanar estas situaciones cuando superan el límite legal.
 
Por último, existe un grupo igualmente numeroso como es el de los llamados sustitutos, donde la casuística es muy amplia: existen desde contratos de un día hasta contratos de meses e incluso contratos de guardias. En este grupo las triquiñuelas de las distintas Administraciones para cercenar sus derechos son constantes, desde contratar solo de lunes a viernes a incluso la privación casi total de derechos en los contratos de guardias.
 
Para complicar más las cosas, la crisis económica anterior nos dejó una tasa de reposición rígida, que no contempla el crecimiento de las plantillas y que se aplica a todos los empleados públicos, incluso a los esenciales y deficitarios como los médicos.
 
Soluciones que no acaban con el problema
La Administración ante este cúmulo de problemas asociados con la temporalidad ha ido intentando dar soluciones, más como parches que buscando atajar el problema de raíz; soluciones que se han dilatado además en el tiempo, y que paradójicamente cuando han logrado resolverse han conllevado una temporalidad mayor aún que cuando se pusieron en marcha.
 
Por todo lo anterior, desde la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos consideramos que es urgente y necesario el abordaje de la temporalidad, pero buscando soluciones que contemplen los distintos problemas que afrontamos. Necesitamos soluciones inmediatas -y quizás extraordinarias- para solucionar la alta tasa de temporalidad actual y los desequilibrios que presentan las distintas comunidades autónomas, pero también necesitamos que se contemplen soluciones a medio plazo para que la forma habitual de contratación en el Sistema Nacional de Salud no siga siendo un abuso de la temporalidad en fraude de ley. Además, necesitamos soluciones a más largo plazo que contemplen si España puede seguir perdiendo médicos porque no sea capaz de ofrecer una situación laboral estable a los mismos.
 
La Confederación considera también que en caso de no producirse estas soluciones contemplando todas las perspectivas del problema, corremos el riesgo de que continúe la descapitalización de médicos del Sistema Nacional de Salud, un colectivo que es una de las piedras angulares del mismo y sin el cual no es posible la asistencia sanitaria. Lamentablemente, hoy por hoy, ese sistema no tiene asegurado siquiera el recambio generacional.

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